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Las especies usadas para elaborar este aceite son las sardinas, las anchoas y las sardinillas del Océano Atlántico. El aceite de pescado natural y estable se encapsula inmediatamente para garantizar su calidad en 98% de purezay frescura.
¿Por que son importantes los Ácidos Omega 3*?
Por que juegan un rol importante en el desarrollo cerebral, contribuyen a regular la presión arterial, la función cardiaca, la dilatación vascular, la coagulación sanguínea, los procesos de lipólisis y la respuesta inmune. Adicionalmente, su ingesta dietética esta relacionada con la reducción de niveles sericos de colesterol.
Información encontrada en Internet y en el libro blanco de los ácidos Omega 3
Efectos anticancerígenos de los Ácidos Omega-3
Diversas investigaciones científicas recogidas en el Libro Blanco de los Ácidos Omega 3 han descubierto como la alimentación, y en particular el consumo de ácidos grasos omega-3, contribuye a prevenir el cáncer de mama, colon, y próstata, entre otros, y a reducir el riesgo de metástasis en enfermos de cáncer. Según las estadísticas, en España mueren anualmente 90.000 personas a causa de cáncer, situando a esta enfermedad como la segunda causa más importante de mortalidad en nuestro país, únicamente superada por las enfermedades cardiovasculares. Investigaciones científicas señalan que el 80% de los tumores malignos se deben a causas ambientales y de hábitos de vida incorrectos, y por tanto, potencialmente evitables.
Diversos estudios epidemiológicos recogidos en el Libro Blanco de los Ácidos Omega 3 determinan como los hábitos de vida, y en particular el tipo de alimentación, condiciona en buena medida la aparición o no de determinados tumores cancerígenos. El Dr. Francisco J.G. Muriana, Científico Titular del Instituto de la Grasa (CSIC) de Sevilla, miembro del Comité Científico del Instituto Omega 3 y uno de los autores del Libro Blanco de los Omega 3, explica que "existe una correlación entre la ingesta excesiva de grasas, de ácidos grasos saturados y de alcohol, y la disminución en la ingesta de fibras dietéticas y antioxidantes con el aumento de la incidencia de cáncer en poblaciones que se caracterizan por estos hábitos alimenticios. Estos excesos o defectos nutricionales hacen más comunes los cánceres de aparato digestivo, hígado, páncreas, mama y próstata. Por el contrario, el consumo de ácidos grasos omega-3 se asocia con una disminución en la expresión de los cánceres de mama, colon y próstata".
Prevención del cáncer y reducción de sus efectos: Según se recoge en el la publicación del Instituto Omega 3 de la Fundación Puleva, distintos estudios han demostrado como los ácidos grasos omega-3 tienen la capacidad de reducir el crecimiento de células cancerígenas humanas y de recuperar el sistema inmune de las personas afectadas por diversos tipos de cáncer. El consumo de ácidos grasos omega-3 contribuye también a dificultar la movilidad de las células cancerígenas, y en consecuencia, reducen el riesgo de invasión y metástasis en las personas enfermas de cáncer. Esto es importante si se tiene en cuenta que la mayoría de las muertes por cáncer se deben a los tumores secundarios que surgen tras producirse la metástasis.
Los ácidos grasos omega-3 poseen un efecto anticancerígeno en el cáncer de colon, mama, leucemia y en el melanoma maligno cutáneo, deteniendo el crecimiento de las células cancerígenas. Por eso su consumo en la cantidad necesaria es muy importante, sobre todo teniendo en cuenta que alrededor del 80% de los tumores malignos están provocados por factores ambientales y hábitos de vida, por lo que gran número de cánceres son potencialmente evitables. Según el Instituto Omega 3, se estima que hasta un 80% de los cánceres en personas con menos de 65 años podrían evitarse mediante cambios en su estilo de vida, es decir, mediante cambios en su dieta.
Mediante la ingesta de ácidos grasos omega-3, y en base a estudios científicos, sería posible reducir la dosis, el tiempo y los ciclos de la quimioterapia, y por tanto, mejorar la calidad de vida de las personas afectadas con cáncer. El doctor Francisco J.G. Muriana señala que "pese a que el cáncer se desarrolla a lo largo del tiempo, ciertos tipos de cánceres tienen su fase de inicio en la adolescencia, por lo que las estrategias de prevención deben adoptarse ya en las primeras etapas de nuestra vida, con el fin de reducir el riesgo de cáncer y otras enfermedades, en los años de adulto".
Otro de los efectos beneficiosos del consumo de alimentos que contengan ácidos grasos omega-3 en enfermos de cáncer es la contribución de los omega-3 para paliar el síndrome de caquexia, que consiste en la pérdida masiva de peso corporal debido a depresores del apetito producidos por las propias células cancerígenas, síndrome frecuente en enfermos que padecen cánceres de tipo digestivo. El Libro Blanco de los Omega 3 recoge las conclusiones de diversos estudios clínicos con pacientes con cáncer de páncreas avanzado en los que la ingesta de ácidos grasos omega-3 reduce la caquexia producida por el cáncer, no sólo anulando la pérdida de peso, sino incluso haciendo aumentar el peso del paciente.
El cáncer de pulmón y el de mama, los de mayor incidencia en nuestro país
Las comunidades autónomas españolas con menor tasa de mortalidad por cáncer son Madrid, Castilla-León, Castilla-La Mancha y Galicia, mientras que Cantabria y Cataluña presentan las cifras más elevadas. Atendiendo al tipo de cáncer, los tumores con una mayor incidencia en España son el cáncer de pulmón, el carcinoma colorrectal y el cáncer de mama, siendo los dos primeros, junto con el cáncer gástrico, los que tienen el índice de mortalidad más alto.
Otros tipos de cáncer tienen una menor incidencia que en otros países europeos, como el cáncer de intestino grueso, de mama, de ovario y de próstata, debido fundamentalmente a nuestra dieta mediterránea y al elevado consumo de grasa vegetal, sobre todo de aceite de oliva, frutas y verduras, consumo muy superior al de otros países de la Unión Europea.
Atendiendo a las diferentes zonas geográficas de la Unión Europea, España, junto con Portugal y Grecia, es uno de los países que poseen una menor incidencia de cáncer (menos de 300 casos por cada 100.000 habitantes). La dieta mediterránea y unas características socioculturales similares son aspectos que influyen decisivamente en estas cifras.
El papel de los Ácidos Omega-3 en los procesos inflamatorios
Diversas investigaciones científicas han descubierto como los ácidos grasos omega-3 actúan de forma positiva en personas fumadoras y asmáticas, y contribuyen a mejorar la función pulmonar. Además, los omega-3 poseen efectos beneficiosos en personas con enfermedades inflamatorias como la enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad de Crohn, artritis reumatoide y neumonía bacteriana y viral. Las conclusiones de los diversos estudios recogidas en el Libro Blanco de los Omega 3 determinan como el consumo de ácidos grasos omega-3 desempeña también un papel fundamental en la función pulmonar de las personas sanas, así como en el envejecimiento de los pulmones y en numerosas enfermedades inflamatorias del pulmón.
El Profesor Ángel Gil, coordinador del libro del Instituto Omega 3 de la Fundación Puleva y Catedrático de Bioquímica de la Universidad de Granada, explica que "en el pulmón tienen lugar procesos inflamatorios continuamente. La aspiración de humo de tabaco y de la combustión, supone un estímulo inflamatorio constante para los pulmones. Además, en enfermedades como el asma y la bronquitis existe un estado de inflamación crónica, incluso en ausencia de estímulos externos".
Según el Libro Blanco de los Omega 3, la ingesta de ácidos grasos omega-3 protege al pulmón de la aparición de enfermedades inflamatorias y mejora la función pulmonar con la edad. Esto es importante si tenemos en cuenta que incluso las personas no fumadoras pierden anualmente 30 ml de volumen expiratorio forzado debido a la continua exposición del pulmón a agentes externos. Los omega-3 actúan también de forma positiva en las personas que padecen asma. Según la publicación, la ingesta de ácidos grasos omega-3 reduce la respuesta de los asmáticos ante estímulos alergénicos. Los omega-3 mejoran la sintomatología de los niños con asma bronquial y su ingesta está asociada a una menor prevalencia de asma.
El Profesor Ángel Gil afirma que "el consumo de pescado se asocia a una menor incidencia de bronquitis crónica. Asimismo, se ha descrito una menor incidencia de enfermedad obstructiva crónica al aumentar la ingesta de ácidos grasos omega-3, y una interacción muy positiva en el caso de los fumadores".
Beneficios en personas con enfermedades inflamatorias: Diversos estudios científicos recogidos en el Libro Blanco de los Omega 3 determinan que algunas enfermedades inflamatorias crónicas como la enfermedad inflamatoria intestinal o enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, psoriasis, artritis reumatoide, asma y neumonía bacteriana y viral, pueden ser tratados con ácidos grasos omega-3, reduciéndose su sintomatología.
La primera evidencia de los beneficios derivados de la ingesta de ácidos grasos omega-3 se planteó tras los estudios epidemiológicos realizados a la población esquimal en los que se observó una menor incidencia de enfermedad intestinal, debido a su alto consumo de pescado azul.
En España, el consumo de grasas saturadas (presentes en carnes, embutidos, bollería industrial, etc) está aumentando respecto al consumo de grasas insaturadas, presentes en verduras, aceite de oliva virgen y pescado azul. Investigaciones científicas han demostrado que el consumo de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 contribuye a inhibir la formación de grasa en el hígado y a suprimir o limitar la producción de substancias proinflamatorias, ya que a partir de los omega-3 se generan varios compuestos metabólicos con escasa actividad inflamatoria.
Los Ácidos grasos Omega-3 y la piel: Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 han sido utilizados, además, en diversos estudios científicos para conocer sus efectos en la epidermis. Las conclusiones de dichos estudios indican efectos beneficiosos derivados del consumo de éstos ácidos en personas que padecen eczema en la piel. Además, según el Libro Blanco de los Omega 3, la inclusión.
En la dieta de la cantidad necesaria de pescado azul posee efectos beneficiosos sobre la epidermis, y contribuye a aliviar las lesiones cutáneas “de forma moderada a excelente” en personas con psoriasis
Prevención de enfermedades cardiovasculares:
Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3, que se encuentran principalmente en el pescado azul, algunos vegetales y alimentos enriquecidos, son esenciales para la prevención cardiovascular. Diversos estudios epidemiológicos demuestran que su consumo habitual puede llegar a reducir el riesgo cardiovascular en un 30%, puesto que previene la aparición de arritmias, mejora el perfil lipídico y reduce la presión arterial.
Prevención: Las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte y de enfermedad de nuestro país. Se calcula además que la incidencia de esta patología podría incrementarse hasta un 20% en los próximos 20 años, por lo que la prevención cardiovascular se presenta como el gran desafío de los especialistas. "Tan sólo con seguir una dieta mediterránea con alto contenido en omega-3 se podría reducir hasta un 70% la incidencia de la enfermedad cardiovascular, pero en España lejos de seguir estos hábitos dietéticos tan sanos, cada vez nos alejamos más", explica el Dr. Pedro Mata, Jefe Clínico de Medicina Interna de la Fundación Jiménez Díaz y coautor del Libro Blanco de los Omega 3. Entre los malos hábitos que se detectan en la alimentación actual, el doctor comenta que "en los últimos años se ha visto un aumento del consumo de grasas saturadas y una disminución de consumo de grasas insaturadas, cuando se sabe que las primeras aumentan el riesgo cardiovascular y las segundas lo reducen".
Desde que en 1980 se estableció la primera relación entre la grasa de la dieta y la enfermedad cardiovascular son muchos los estudios epidemiológicos que demuestran que un consumo habitual de pescado se asocia a una clara disminución del riesgo cardiovascular. En poblaciones de alto riesgo, el consumo de 40-60 g diarios de pescado se asocia con una reducción del riesgo del 30%, según se recoge en el libro recientemente publicado por el Instituto Omega 3 de la Fundación Puleva.
Para el Dr. Mata lo más importante que a nivel científico recoge el Libro Blanco de los Omega 3 es el efecto de los omega-3 en la disminución de las arritmias, puesto que cerca de la mitad de las muertes de causa coronaria son consecuencia de las mismas. La arritmia es un trastorno del ritmo cardíaco que a veces conduce a muerte súbita, y “es ahí precisamente donde actúan fundamentalmente los omega-3, puesto que tienen capacidad de estabilizar eléctricamente la contracción del miocito cardíaco”, explica el Dr. Mata.
Aumento de la esperanza de vida de los infartados: infarto, el consumo de omega-3 aumenta la esperanza de vida para estas personas. Según el estudio de prevención GISSI que recoge el Instituto Omega 3 en esta publicación, un grupo de pacientes infartados que recibieron 850 mg al día de ácidos grasos omega-3 junto con una dieta tipo mediterránea registró un 21% de reducción en la mortalidad total, un 30% en la mortalidad de causa cardiovascular y una reducción del 44% en el riesgo de muerte súbita cardíaca.
"Los omega-3 actúan a través de una modificación de los mecanismos relacionados con la disfunción endotelial, inflamación, trombosis y la aterosclerosis", explica el Dr. Mata. Así pues se puede concluir que los omega-3 tienen un efecto antitrombótico, antiinflamatorio y vasodilatador.
El consumo de Ácidos Omega-3 disminuye la presión arterial y la trigliceridemia
La hipertensión arterial es un importante factor de riesgo en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular, y en este sentido, la dieta es un factor determinante. "Una dieta rica en grasa saturada favorece la elevación de la presión arterial mientras que las grasas insaturadas tienen un efecto contrario", comenta el Dr. Mata. Según el estudio publicado por el Instituto Omega 3 de la Fundación Puleva, "el concepto más evidente es que un aumento en el consumo de ácidos grasos omega-3 produce una reducción en la presión arterial sistólica y diastólica, tanto en sujetos normo como hipertensos". Además, se ha demostrado que el consumo de dosis altas de omega-3 previene el aumento de la tensión arterial y de la resistencia vascular observada en pacientes transplantados de corazón. Además de reducir la presión arterial, el consumo de omega-3 disminuye el colesterol LDL (colesterol "malo"), aumenta el HDL (colesterol "bueno") y sobre todo reduce la trigliceridemia. Según se desprende del Libro Blanco de los Omega 3, "el efecto más llamativo de los ácidos grasos omega-3 sobre la composición lipoproteica es el descenso de los niveles plasmáticos de triglicéridos", destaca el
Dr. Mata. "En pacientes con hipertrigliceremia, se ha evidenciado que con dosis de 3 a 4 g día de ácidos grasos omega-3 se consigue una reducción del 45% en las concentraciones de triglicéridos".
Los especialistas recomiendan cambios en nuestra dieta: La dieta occidental, que es la que básicamente se sigue en España en detrimento de la dieta mediterránea, presenta un desequilibrio en la calidad de la grasa. "Tiene un exceso de grasa saturada debido al elevado consumo de carnes, embutidos, bollería industrial, platos precocinados y lácteos enteros" explica el doctor. Los objetivos nutricionales recomendados para la población española consideran que el aporte de grasa total puede variar de un 30 a un 35% de las calorías totales si el aporte graso procede fundamentalmente del aceite de oliva virgen, representando el consumo de grasa monoinsaturada de un 15 a un 20% de las calorías totales. El consumo de grasas saturadas no debe superar el 10%.
Los Ácidos Omega-3 durante el embarazo y la lactancia:
El consumo de ácidos grasos omega-3 durante el embarazo y la lactancia es fundamental para el desarrollo neurológico y el crecimiento del recién nacido. Los omega-3 reducen hasta 2,6 veces el riesgo de hipertensión asociada al embarazo, mejoran las funciones posturales, motoras y sociales de los bebés prematuros y tienen un efecto positivo en el desarrollo mental del recién nacido de bajo peso. Por el contrario, se sabe que la deficiencia de ácidos grasos esenciales condiciona una alta mortalidad perinatal y puede provocar serias alteraciones en humanos tales como, alteraciones del crecimiento, cambios en el comportamiento y en el aprendizaje y disminución de la agudeza visual. "En algunos estudios se han relacionado las bajas concentraciones de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga con una gestación más corta y menores perímetros cefálicos en recién nacidos", explica el Profesor Ángel Gil, catedrático de Bioquímica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada y coordinador del Libro Blanco de los Omega 3.
Los ácidos grasos poliinsaturados, como los omega-3, desempeñan funciones muy importantes en la gestación, lactación y la infancia, ya que son constituyentes de los fosfolípidos de las membranas celulares y forman parte de las estructuras neurales. Las necesidades de estos ácidos grasos se incrementan durante estos periodos puesto que son fases de crecimiento y desarrollo del tejido celular. En consecuencia, las necesidades de ácidos grasos esenciales de la mujer embarazada y del feto, así como de los niños lactantes, son muy elevadas. "Especialmente durante el tercer trimestre de gestación donde los requerimientos fetales son muy altos debido al crecimiento del tejido nervioso y al desarrollo y diferenciación de las neuronas", comenta el Prof. Gil. "Hay estructuras especializadas del tejido nervioso que contienen muchos ácidos grasos omega-3, como por ejemplo la retina cuyas células contienen un 60% de DHA, un ácido graso omega-3 de cadena muy larga, que se forman principalmente en el tercer trimestre del embarazo y también durante el primer año de vida, por eso es tan importante el consumo de omega-3".
En concreto, el profesor Gil recomienda el consumo de al menos 100 mg/diarios de omega 3 en mujeres embarazadas, “puesto que el feto capta entre 50 y 60 mg/d de este tipo de ácidos durante el tercer trimestre”. Según se expone en el libro del Instituto Omega 3, durante el último trimestre se produce una acumulación de ácidos grasos poliinsaturados en los tejidos fetales, muy especialmente en los del sistema nervioso central, que continúa en el periodo postnatal. Así pues, lo omega-3 deben representar en este período de tiempo hasta un 2% de la energía total de la dieta, el doble que en mujeres en estado normal. Durante la lactancia, la madre pierde 70-80 mg de DHA en la leche, además de las cantidades utilizadas para satisfacer sus propias demandas de estos ácidos grasos.
Crecimiento y desarrollo neurológico: El contenido de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga en los tejidos se asocia positivamente con el crecimiento, sugiriendo que este ácido graso puede actuar como promotor del mismo durante la vida postnatal temprana. Según se recoge en la publicación del Instituto Omega 3, los niños de bajo peso que recibieron una fórmula suplementada o lactancia materna presentaron unos mejores resultados que aquellos en los que en su alimentación no había estos ácidos grasos. “Las mayores diferencias se encontraron a los cuatro meses –explica el Prof. Gil-, en los que el test probaba la mejoría de las funciones posturales, motoras y sociales”.
Desarrollo mental en niños prematuros: Otros estudios demuestran el efecto positivo de la alimentación con fórmulas suplementadas con omega-3 sobre el desarrollo mental. Los niños prematuros alimentados con una fórmula que contenía omega-3 presentaron un mejor índice de desarrollo de Bayley, relacionado con la capacidad del lenguaje. Así mismo, este tipo de alimentación produjo un mejor índice de desarrollo mental en niños nacidos a término en comparación con una fórmula sin suplementar. "Existen estudios en los que se demuestra que una dieta con omega-3 en los primeros meses de vida mejora la capacidad de solución de problemas en niños a término normales y con retraso del crecimiento", explica el profesor Gil.
Agudeza visual en recién nacidos: Otra de las conclusiones que arroja este libro es que la ingesta temprana de omega-3 influye positivamente el desarrollo del sistema visual en los recién nacidos de bajo peso. "En estudios en primates y en lactantes con altos niveles de ácidos grasos omega-3 se encontró una duración más corta en la mirada, lo que indicaba que existía una buena velocidad de procesamiento", comenta el profesor Gil, miembro del Instituto Omega 3. En niños lactantes una menor duración de la mirada se ha relacionado con una mejor capacidad de procesamiento mental. Otros investigadores concluyeron que los niños nacidos a término con un crecimiento intrauterino pobre, podrían tener una mayor eficacia en el procesamiento de la información y por lo tanto una mayor agudeza visual si se suplementa su dieta con ácidos grasos omega-3.
El Instituto Omega 3
En su continua labor de fomentar las investigaciones que permitan contribuir a mejorar la salud de la población, la Fundación Puleva promovió en 2001 la creación del Instituto Omega 3, una institución independiente cuya finalidad es coordinar actividades e investigaciones científicas en torno a la alimentación y la salud, y en concreto a los ácidos grasos poliinsaturados omega-3, y los ácidos grasos monoinsaturados tipo oleico. Desde hace años, la comunidad científica internacional viene informando sobre los beneficios para la salud derivados del consumo de alimentos con alto contenido en ácidos grasos esenciales omega-3 y ácido oleico. Diversos estudios demuestran que los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 contribuyen a la prevención de enfermedades cardiovasculares y del exceso de colesterol. Por ello, además de fomentar investigaciones científicas que profundicen en el conocimiento científico de los omega-3, el Instituto Omega 3 se constituye como fuente de información para los profesionales de la salud. Otra de las finalidades del Instituto es contribuir a educar a la población sobre hábitos alimenticios saludables.
El Instituto Omega 3 está formado por un Comité Científico compuesto por especialistas en tecnología de los alimentos, doctores y científicos de reconocido prestigio, cuyo trabajo diario se encuentra relacionado de forma directa con la educación y la investigación nutricional.
• Prof. Dr. José Mataix Verdú (Catedrático de Fisiología y Director del Instituto de Nutrición. Universidad de Granada).
• Prof. Dr. Ángel Gil Hernández (Catedrático de Bioquímica. Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada).
• Dr. Francisco García Muriana (Científico Titular. Instituto de la Grasa - CSIC. Sevilla).
• Dr. Juan José Francisco Polledo (Doctor en Veterinaria. Madrid).
• Prof. Dr. Alfredo Entrala Bueno (Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Alfonso X El Sabio. Madrid).
• Dr. Pedro Mata López (Jefe asociado de Medicina Interna. Unidad de Lípidos. Fundación Jiménez Díaz. Madrid).
• Dr. Jesús Román Martínez Álvarez (Presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación. Madrid).
• Dr. Javier Aranceta Bartrina (Unidad de Nutrición Comunitaria. Ayuntamiento de Bilbao).
• Dr. Javier Fontecha Alonso (Científico Titular del Instituto del Frío - CSIC. Madrid).
• Dr. Luis Baró Rodríguez (Responsable del Área de Nutrición de Puleva Biotech. Granada).
• Dr. Julio Boza Puerta (Subdirector de Puleva Biotech. Granada).